viernes, 29 de julio de 2011

Prisión auto-impuesta





Tus susurros se mezclan con el llanto de tu alma, esas voces acalladas no llegan a dar ninguna consecuencia que logre realmente liberarte. Si dejaras de gritar silenciosamente, si dejaras de acallar tu propia voz, si dejaras de sofocar tus sentimientos, quizás de esa forma lograrías algo. 

Pero levantas tu mirada, escudriñas tus sentidos y encarcelas tu corazón. Es en medio de aquella coraza disfrazada de mentiras y sumergida en pasiones falsas que se acompañan de sentimientos caducados e ideales corroidos cuando la realidad pierde el limite y te sumerges nuevamente en esa fantasía sin fin.

Arropa tus sentidos, contrala tus emociones, emerge del mar negro en el que te has convertido porque nadas en aguas que tú mismo volviste turbias. Si liberas tu sentir y esgrimes esa espada llamada verdad quizá logres romper el hilo que teje esa irrealidad a la que te aferras desesperadamente por el miedo a sufrir.

Deja de susurrarte que estás bien a cada segundo, atrevete a tocar el fondo de ese pozo oscuro en el que vives a diario, rompe las cadenas y dignate a sentir.

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