martes, 23 de agosto de 2011

Prohibido enamorarse— Capítulo 19

Existes situaciones
Que no podemos controlar.
Existen sentimientos
Que no podemos cambiar.

Capitulo 19
Fuera de control

La actitud de Tom después de informarle que ayudaría a Emily con su tarea me había dejado un tanto intranquilo, más allá de la serenidad con la que mi novio había tomado el asunto estaba el hecho de que su mirada no era tan tranquila. Tom no estaba contento con ello, pero de todas formas yo tenía que ir a la biblioteca a hacer mi trabajo.

Como me lo esperaba la amiga de Holy estaba ahí esperando a que yo llegara a ayudarla luego de terminar el trabajo por el que había ido a la biblioteca. Iba bastante arreglada, su cabello caía en trabajados risos por sus hombros, la chica iba vestida con una ropa que la hacía ver mayor y resaltaba perfectamente su rostro.

Comenzamos a hacer el dichoso trabajo, ella era lista y lo acabamos rápidamente, así que terminamos charlando. Emily me preguntó muchas cosas, desde mi color favorito hasta el artista que más me gustaba, mis gustos musicales, mis deportes favoritos, si había tenido viruela y muchas más cosas; luego hablaba sobre sí misma sin que yo se lo pidiera, comencé a notar como su mirada no se apartaba de mi y de pronto me sentí incomodo estando con ella.

—¿Cómo es la chica de tus sueños?—me preguntó Emily.

—No lo sé…jamás lo pensé, creo que no tengo—le respondí con toda franqueza—, aunque existe alguien que me gusta.

—¿En serio?—preguntó con cierto disgusto en su voz.

—Sí, es una persona maravillosa—le contesté.

—Oh—exclamó al tiempo que enarcaba ambas cejas—, ¿y no puedo saber quién es la afortunada?—me preguntó mordazmente.

—No—le dije con el ceño fruncido, no tenía ni la más mínima idea de que se traía la muchacha—, además no es afortunada.

—Claro que lo es—dijo con una sonrisa interrumpiéndome.

—Es afortunado—vi como su rostro se desencajó y su vista perdió algún punto fijo.

La niña que tenía frente a mis ojos no emitía ninguna palabra de su boca, tan sólo miraba a la nada con la boca abierta, quizás había sido demasiado franco pero sus preguntas habían llegado a molestarme. Finalmente me miró a los ojos y despego los labios.

—¿Eres gay?—me dijo en un susurro.

—No lo sé—dije sinceramente—, pero la sociedad me catalogaría como tal ya que me gusta un chico—ella me miró consternada—. Emily, él es la única persona que me ha gustado, nunca nadie me había interesado. ¿Podrías guardarme ese secreto?

—Para que no te molesten—musitó la chica.

—No, eso me tiene sin importancia—levantó el rostro—, sólo protejo a otras personas.

A Tom. Aunque también a Andreas y de cierta forma a Holy, además de mi familia.

—No diré nada…

—Será mejor que me valla—le dije tomando mis cosas—, nos vemos.


Me incorporé de mi asiento en un solo movimiento y comencé a caminar, entonces algo me detuvo del brazo y tuve que darme la vuelta para encarar a Emily quien seguía sin mirarme. La niña caminó un poco hacía a mí y mi cuerpo reaccionó haciéndose hacia atrás mientras ella seguía avanzando. Rápidamente tomó mi rostro en sus manos y me besó, forzaba a mi boa a seguir sus movimientos, puse una de mis manos sobre su cintura para alejarla y la otra en el hombro, al mismo tiempo ella se aferró a mi cuello.

Una angustia apareció con una fuerte punzada en mi corazón, era un dolor extraño e irreal, como si no fuera mío. Abrí mis ojos y deshice el beso, unas rastas rubias desaparecían entre los estantes y vi a Andreas tomar un libro del suelo para después acomodarlo y lanzarme una mirada de completa desaprobación. Emily seguía aferrada a mi cuerpo pues ante mi conmoción no terminaba de deshacerme de ella, tomé sus hombros y la alejé de mi cuerpo, quería ir a correr tras Tom.

—No vuelvas a hacer eso—le dije a Emily antes de salir corriendo del lugar, ella me miró confundida y yo no hice nada por disipar sus dudas.

Corrí rápido, tanto como mi cuerpo me lo permitió, pero no era un gran corredor de hecho era muy malo y me cansé antes de llegar a la casa de Tom. Cuando por fin llegué toqué la puerta innumerables veces pero nadie me contestó, terminé por sentarme en la acera mientras esperaba que algo pasara, mientras la ansiedad me consumía y un hueco dentro de mí comenzaba a formarse. Me levanté de nuevo a tocar el timbre luego de esperar casi media hora y la puerta se abrió por fin, era Andreas.

—Déjame pasar—le dije antes de que cerrara la puerta.

—No—dijo él tajantemente—, Tom está dormido.

—Por favor…

—Mira Bill yo no sé qué pasó entre tú y Emily—lo miré suplicante de comprensión—, pero si sé que quieres mucho a Tom, así que más te vale que todo haya sido un error…aunque—me miró con los labios apretados—igual la besaste—le reclamé con la mirada sus palabras—¡sus labios se juntaron!—me dijo como justificación—, Tom no te perdonará fácil…es muy necio—Andreas tenía razón—…Bill la has cagado.

—Ya lo sé Andreas—dije exasperado—, pero de verdad yo no quería besarla.

—Eso no importa—dijo Andreas invitándome a caminar, accedí casi a regañadientes—. Bill, tú y yo sabemos que Tom no es una persona cualquiera, mi amigo está en plena adolescencia y las hormonas comienzan a aparecer—lo mire sin entender su punto—, Bill es la etapa donde nadie nos entiende, todos nos odian, nuestros padres son unos ogros y nos volvemos dramáticos e intensos.

— ¿Cuál es el punto en tu discurso sobre la adolescencia?

—Idiota—me miró como si todo fuera obvio—, tú eres su novio ¿bien?—asentí con la cabeza—. Vas y besas a una chica y Tom te ve ¿verdad?

—No la besé

— ¡Da igual! Para Tom tú la besaste.

—Valla mierda—dije pateando una piedra en el camino.

—Sí, lo sé. Bueno te decía, Tom está en la adolescencia y por eso exagera las cosas, no escuchará razones, se deprimirá y comerá helado de chocolate.

—A Tom no le gusta el chocolate—dije entendiendo el punto que me planteaba Andreas.

—Bueno se atascará de gomitas.

—Sí—dije y sonreí al imaginarlo comiendo una montaña de gomitas de diferentes colores—, es lindísimo—dije en voz alta.

—Te toca esperar y luchar—dijo Andreas cuando llegamos a mi casa.

No me dijo nada más, se colocó los audífonos en las orejas y comenzó a caminar dejándome frente a mi casa. Metí la llave sin saber si eso era lo que quería, mi madre me preguntaría cosas y eso me haría enfadar, así que tendría que soportar todo con mi enojo a cuestas. Quería estar sólo, así que saqué la llave de la cerradura y comencé a caminar rumbo al parque. Mis pies conocían ese lugar de memoria aunque hubiera pasado mucho tiempo sin ir ahí. Mis zapatos se hundían en la nieve que cubría todo cuanto veía, hacía mucho más frio en ese lugar que en la calle, aún así seguía caminando entre las ramas y raíces, aspirando ese  aire tan helado que lastimaba mi nariz, pero todo el posible dolor no era nada si lo intentaba comparar con mi agonía por Tom.

La pequeña cabaña estaba en el mismo estado en que la había dejado la última vez que había estado en aquel lugar. Había una libreta sobre el escritorio y unas velas a medio consumir; tomé la caja de fósforos que estaba a un lado del candelabro y encendí las velas, en poco tiempo la oscuridad sería máxima. Me dejé caer en el sofá y hasta entonces me permití sentir completamente el dolor que me consumía.

—Demonios—dije a la nada.

Tom estaba molesto conmigo pero más que eso estaba dolido, y para él yo había traicionado su confianza. Yo era un idiota que debió apartar a Emily cuanto antes, yo debí darme cuenta de sus intenciones desde un principio. Acuné mi cabeza entre mis rodillas mientras apresaba mis cabellos fuertemente con mis manos buscando de alguna forma aliviar mi frustración. De cierta forma había traicionado a Tom y él lo pensaba de esa manera, si yo quería solucionar las cosas debía buscarlo y hablar con él de una vez por todas, no podía permitir que lo nuestro terminara.

—Eso ni pensarlo—me dije sintiendo como mi pecho se contraía desde adentro. No iba a dejar que mi relación con Tom se terminará por un malentendido como ese y a pesar de lo necio y dolido que él pudiera estar yo haría que las cosas estuvieran bien. Eso haría.

Adopté una postura más cómoda en el sofá y apoyé mi nuca sobre mis manos entrelazadas bajo mi cabeza, de esa forma el techo de la cabaña me quedaba completamente visible, asi podía recordar los buenos momentos al lado de Tom. Recordé el brillo de sus ojos cuando estaba feliz, la forma en que miraba los árboles en los días que estaba un poco soleado, como su nariz se ponía algo roja por el frío, sus mejillas sonrojadas en innumerables ocasiones, sus labios y esa adictiva experiencia de tenerlo a mi lado. Lo amaba y no estaba dispuesto a perderlo. Sin que lograra darme cuenta ni siquiera para evitarlo una lágrima resbaló por mi mejilla.

Entonces mi cuerpo reaccionó ante esos estimulantes que resultaban ser mis recuerdos sumamente vividos, no podía perder más tiempo si lo que quería era solucionar aquel enredo en el que me había visto envuelto y que tenía sufriendo a mi novio de esa forma. Me puse de pie inmediatamente y caminé rumbo a la salida, deteniéndome sólo frente a la mesa para apagar la dos velas casi consumidas por completo. Caminaba rápido entre aquellos árboles y luego sobre las calles, necesitaba llegar lo más pronto posible.

Cuando di vuelta en la última esquina logré ver a Holy a unos cuantos metros de su casa, llevaba unas láminas enrolladas en la mano izquierda, además traía su gorro rojo puesto. En cuanto ella me vio su rostro cambió de expresión pues al parecer logró aptar cuan perturbado estaba.

—Bill ¿Qué tienes?—preguntó estando frente a su casa.

—La he cagado—le respondí con sinceridad y dolor.

—¿Cómo? …dime ¿qué pasó?—me preguntó ella muy onfundida.

—Emily—ella alzó la ceja—, me besó y Tom nos vió—sus ojos se abrieron enormemente, su boca quedó colgada y sus ojos se crisparon ante la perplejidad.

—Asi que…

—Tom está destrozado—susurró.

—Así es—le dije yo con un nudo en la garganta.

—Pasa—dijo ella dándome la espalda y con el cuerpo tensado.

Abrió la puerta y dejó las cosas encima del sofá, separó ahí y me hizo sentarme en el sillón para dos personas. Me miró un corto tiempo y luego miró hacía las escaleras. El ambiente era tenso, pero estaba ahí y sabía que Holy escucharía, es más, sabía que ella estaba segura que yo no había besado a Emily.

—Tom se debe sertir fatal—comentó ella sin mirarme.

—Lo sé—murmuré.

—Bill no es mi intención hacerte sentir mal—me dijo mirándome—, ve a hablar con él.

Me puse de pie con algo de temor e incertidumbre, podría ser que las cosas no salieran como yo quería. Callé esos pensamientos negativos con mi propia voz, en ese momento sólo tenía que concentrarme en Tom y en pedir perdón, en arreglar las cosas con él.

Esa casa que tantas veces me había parecido sumamente agradable y cogedora me pareció estar sumida de una atmosfera cargada de tensión y pesadumbre, era muy raro sentir aquello sabiendo donde me encontraba. El pasillo del segundo piso era especialmente oscuro, parecía anunciarme mi futuro fracaso. Con mucho cuidado abrí la puerta de la habitación de Tom y entré en ella, no había ninguna luz prendida, no obstante, logré vislumbrar el cuerpo de Tom sobre la cama. Me moví con mucha cautela pues al parecer él estaba dormido, luego poco a poco acerqué mi mano hasta tocar su suave piel, con mis dedos delineaba su delicado rostro mientras yo me perdía en él. Era un chico muy hermoso tanto en físico como en su persona, un chico tan lido e inclusive frágil de alguna forma, era mi Tom y yo lo había lastimado aunque no fuera mi culpa, él sufría por mi. Tom había llorado mucho esa tarde y todo había sido por mi culpa.

 Me acerqué más a donde él estaba y con mis brazos apoyados en el filo de la cama me acerqué a su rostro sereno pero también nostálgico, me aproximé más a él y sellé mis labios con los suyos. No había necesidad de un beso apasionado, ni siquiera de un largo contacto, tan sólo era necesario algo que le mostrara cuanto lo amaba, aunque él estuviera dormido.

Derrotado por no haber podido aclarar las osas bajé las escaleras, no resistía estar ahí sabiendo que Tom me despreciaba, así que llegué de nuevo con Holy a la cocina donde tomaba una taza de café.

—Estaba dormido—le dije mientras me dejaba caer sobre una silla.

—Bueno, mañana estará más tranquilo—dijo ella sirviéndome un poco de café a mi—, ¿no se supone que somos muy pequeños para tanta cafeína?—le pregunté medio en broma.

—No importa—dijo restándole importancia pero sonriendo disimuladamente— Bill—me llamó para que la viera— ¿qué harás?

Una importante pregunta ¿qué hacer? Aparte de pedirle perdón y darle una explicación no sabía que más hacer, debía hacer algo. Me llevé una mano a la boca y mordía un poco las uñas arruinándolas en el acto, pero hacer eso me relajaba un poco y era lo que necesitaba para pensar con claridad.

De pronto, casi como una iluminación divina, recordé una cosa que me haría terminar de creerme el novio más incompetente. Ese sábado Tom y yo cumplíamos un mes de novios. Me llevé una mano a la cabeza y apreté unos cabellos estirándolos con un poco de fuerza, me sentía sumamente frustrado. Por su parte, Holy me miraba confundida por mi actitud repentina, así que le expliqué a que se debía esa repentina reacción.

—Bill en serio metiste la pata hasta el fondo—me reprochó.

—¡Yo no la besé!—grité.

—Lo sé, lo siento. ¿No tenías nada planeado?—me preguntó curiosa.

—No mucho, sólo quería llevarlo a un lugar especial para mí—dije torciendo los labios, nuestra celebración de un mes no se llevaría a cabo si no arreglaba las cosas.

—¿un lugar especial?

Comencé a relatarle a Holy como había encontrado esa pequeña cabaña, además de cómo la había “arreglado”, quería que Tom conociera ese lugar que era especial para mí porque así lograría compartirlo todo con él. Mientras relataba todo ella me miraba sonriendo expectante ante cada detalle y creo que lograba darse una idea de que era todo eso, me miró con ternura cuando había terminado mi relato y en seguida recogió las dos tazas donde habíamos tomado café sin importarle que yo no lo había terminado, igual estaba frío.

—Creo que puedes celebrar tu ¿mesversario?—preguntó con aguatando la risa—, eso se oye raro—la fulminé con la mirada—, bueno no importa. Celebren eso y además la reconciliación.

—¿Y que propones?—le pregunté desafiante.

A veces Holy podía dejar perpleja a las personas, pero esa tarde comprendí que la niña no era tanto una niña, era más pensante que muchos y tenía ideas que me agradaban mucho.
***

Toda la mañana había estado muy ansioso y no lograba concentrarme en mis clases ni siquiera cuando los maestros me reprendieron. Estar sin Tom  me hacía sentí raro, pero era peor en esa situación. Tom estaba tan mal que no había ido a la escuela, y todo por mi culpa.

Llegada la hora del almuerzo tomé mis cosas y las introduje en mi mochila sin perder tiempo, Andreas me seguía mirando con esa muestra de lastima y molestia que me exasperaba tanto, pero no hacía nada. Fui el último en salir del salón de clases a pesar de que había sido quien más deprisa había recogido sus cosas, pero no importaba porque no estaba ansioso por salir de ahí.

Los pasillos estaban repletos de estudiantes, parecía un rio humano, y eso hacía difícil el moverse por ahí, pero estaba acostumbrado. Me moví para ir a la biblioteca, no tenía hambre y no quería que Andreas me siguiera viendo de esa forma que me iba molestando desde la primera clase. Justo a la entrada de la biblioteca estaba Emily, me miró y una sonrisa se formó, pero yo no le sonreí en cambio la miré con desprecio mientras entraba buscando una mesa alejada de todos.

—Bill... —escuché que decía la chica y apreté mis nudillos.

—¿Qué quieres Emily?—dije forzándome a parecer amable.

—Estas muy enojado ¿verdad?—giré un poco mi rostro para verla.

Mis ojos por fin se conectaron con los suyos y no hubo necesidad de contestar. La chica se quedó un momento viéndome sin atreverse a sentar o a hablar de nuevo, en mi silencio se lo agradecí pero lo que realmente quería era que desapareciera de ahí y no volver a ver su rostro en un buen tiempo.

—¿Es conmigo con quien estás molesto?—me preguntó Emily.

En ese momento el rostro de Tom con los ojos hinchados de tanto llorar y, que aunque estaba dormido, permanecía con una gran tristeza. ¡Claro que estaba molesto con ella! Me había besado sin que yo quisiera y Tom había malinterpretado toda la escena, si ella me hubiera dejado marcharme mi novio nunca se habría molestado. Pero tampoco era toda su culpa, yo debí haber visto que ella buscaba algo más que sólo ayuda, además si la hubiera quitado enseguida Tom no nos habría visto.

—No directamente—le dije conteniendo mi coraje mirando hacia un estante con los brazos sobre la mesa—. Me besaste.

—Bill debes de pensar lo peor de mi pero en verdad no soy así…es sólo que tú—no permití que continuara.

—Es sólo que la persona que me gusta nos vio—le dije  girándome para verla a los ojos— y ahora no me quiere volver a ver en su vida—cada palabra sonaba amarga.

—Bill no fue mi intención…yo

—Emily, sólo no lo vuelvas a hacer—le dije mirándola a los ojos.

—¿Es Andreas?—dijo ella con los ojos llorosos.

—¿Andreas?—ella asintió levemente—. Andreas es sólo un amigo.

—Ya veo…

—Deja este tema ya. Emily lo siento pero lo más que yo puedo ofrecerte es mi amistad—ella desvió la mirada—, yo estoy enamorado y eso no lo podemos cambiar, yo sé que encontraras a alguien más.

—De acuerdo—susurró la chica—, entonces amigos—y me tendió la mano con la vista llena de lagrimas.

—Siento hacerte sufrir—le dije acariciando con el pulgar la piel de su mano al alcance de éste.

—Yo siento lo de tu…tu chico—me dijo sin mirarme a la cara, con los ojos cubiertos por su flequillo—, debo ir a almorzar, adiós.

Y  salió muy de prisa de ahí.

Entonces me dejé caer sobre la mesa un rato, mis ojos comenzaron a cerrarse pero no podía permitirme dormir en tan incomodo lugar. De mi mochila saqué una libreta vieja y un tanto maltratada por la noche había comenzado a escribir una canción y durante los quince minutos que me quedaron de receso logre escribir dos estrofas más.

Las clases fueron largas y aburridas como las primeras del día, deseaba con ansias que terminaran pues entre más pronto lo hiciera más pronto vería a Tom. Cuando la chicharra sonó dando fin a las clases me di prisa a guardar todo lo que había sobre mi escritorio y salí corriendo del salón, más de alguno se me quedó viendo en los pasillos.

Corrí un poco pero al cabo de algunas manzanas mis pulmones pidieron tregua, entonces maldije por mi pésima condición física, así que no me quedó de otra más que seguir el camino a paso rápido pero sin correr. Hacía menos frio que días anteriores, era el último día de enero y las nuves había dejado que el sol se mostrara. Llegué a casa de Tom y qué el timbre esperando que él me abriera y así fue; Tom abrió la puerta y al verme se quedó pasmado, su boca abierta y su mirada anonadada me daban esa impresión.

—Tom…—le dije implorando con la mirada un poco de perdón.

Pero mi novio esquivó mi mirada e impulsó la puerta para que se cerrara, pero yo había advertido eso y mi pie impedía que la puerta se cerrara por más que Tom usara sus fuerzas para que lo hiciera.

—Tom ¡tenemos que hablar!—le dije casi gritando pero él se resistía.

Usando la fuerza logré vencerlo en el empuje y el quedó parado frente a la puerta mientras ésta se abría por completo, lo tenía frente a mí y no debía desaprovechar la oportunidad. Lo vi atentamente y su aspecto denotaba tanta ternura y fragilidad que era fácil perderse entre tanta maravilla, así que me acerqué un poco y me decidí a hablar.

— Las cosas no son como tú piensas—comencé un discurso que no logré terminar.

—Esa es línea gastada de películas y telenovelas—dijo resentido y lleno de amargura, pues al parecer la reconciliación no sería cosa fácil—. Me duele la cabeza—musitó y fue hacia las escaleras.

—Tom por favor—le imploré antes de que comenzara a caminar.

Él no me hizo caso. Obviamente su reciente malestar no era otra cosa que una invención para huir de ahí, no lo culpaba era algo difícil eso de perdonar pero haría lo necesario para que él me perdonara.

Subí las escaleras detrás de Tom pero él era más rápido y logró entrar en su habitación antes de que yo le impidiera el paso. En ese momento la sensación de perderlo se hacía más grande y pronto mis lágrimas comenzaron a salir.


1 comentario:

  1. T__________________________T puta Emily por su culpa todo se ha ido a la mierda y Bill y Tom están to' depres.
    Cris, haz que muera esa niña muahahhaha *inserte risa malvada de bruja* :DD
    TeLove <3

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