miércoles, 26 de enero de 2011

Charla con un taxista

Es bien sabido por las personas que conocene  que yo soy un poco tímida con las personas que no conozco, es difícil para mí seguir una conversación así y por lo regular me dedico a contestar con monosílabos, pero he aprendido a vivir con eso: nunca conoceré gente nueva (?). Pero ayer precisamente mi padre no alcanzó a llevarme a la parada del autobús, entro a las 7 am a la escuela y llegué a las 7 a esperar al camión, sólo 15 minutos tarde. Mi papá me dio dinero para que me fuera en taxi pues él iba a Zacatecas por cuestiones de su trabajo y ya iba tarde, entonces me subí al único taxi que encontré. Un señor de cabello blanco por las canas y de sonrisa amable sentado sobre su taxi blanco con rojo. El viaje con él empezó "regañándome", más bien me dijo "te quedaste dormida" y yo  le contesté "claro que no, lo que pasa es que vivo en ******** (por petición de alguien ahora no digo donde vivo).

Después de eso el señor me dijo que valorara mi sacrificio y el de mis padres, que estudiara y que saliera adelante, no sé porque necesitaba escuchar eso pero ese señor dijo algo que sin saberlo yo quería escuchar, luego comenzamos a hablar de la inseguridad que se vive actualmente en el país.

Aese señor lo habían encañonado y tambien amenzado con un cuchillo durante su trabajo de taxista, eran unos chicos de algunos catorce años, después de hacerlo maneja por más de media hora lo hicieron pararse y le ordenaron que se desnudara, quedando así en sólo calsoncillos. Lo siguiente fue que le ordenaron correr y así lo hizo, pero los delincuentes le lanzaron dos disparos haciendo que el resbalara y cayera a una charca bastante onda. Eran aproximada las 12 pm, estaba demasiado oscuro y los chicos siguieron disparando hacia la charca, al final pensaron que lo habían matado.

El señor salió a la carretera luego de que sus agresores se fueran y una persona se detuvo a ayudarlo, el taxista y yo coincidimos en algo. "pocas personas se detienen al ver a alguien semisdenudo al pie de la carretera". Esa persona que amablemente se detuvo llamó al taxista por su apellido y lo llevó a la policía. El señor jamás supo quien era ese señor que lo había ayudado.

Personalmente no quiero creer en dios de esa forma o en loa ángeles, pero la historia del taxista me hizo creer que quizás pueda comenzar a creer.

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