miércoles, 28 de diciembre de 2011

Lazos rojos—Capítulo 10



No creo en nada
Ni en el fin ni en el principio
No creo en nada
Ni en la tierra ni en las estrellas
No creo en nada
Ni en el día ni en la oscuridad
No creo en nada
Más que en el latido de nuestros corazones
No creo en nada
Cien soles hasta que partamos
No creo en nada
Ni en satanás ni en dios
No creo en nada
Ni en la paz ni en la guerra
No creo en nada 
Más que en lo que somos en verdad 

100 suns // 30 seconds to mars

Capítulo 10
Semblanza escarlata

El agua reflejaba el singular tono oscuro que el cielo tomaba cuando el sol desaparecía de él, era tan oscuro que sólo se podían ver los reflejos de las luces sobre la superficie del rio, unas luces que por momentos parecían  danzar al son de una canción imaginaria. Y embelesado ante el ligero momento de las pequeñas centellas un muchacho era acompañado por otro de más edad y juntos no hacían más que ver aquella hermosa danza.

—Es hermoso ¿no?—dijo el menor.

—Si—le contestó bastante bajo el más alto.

Habían abandonado el restaurante hacía mucho tiempo, y al regresar a la posada donde se hospedaban el muchachito se había quedado mirando al río. Y ahí estaban.

—Se parece a ti—dijo Skandar sin despegar la vista del río, sabía que Jared estaba a su lado, lo sentía.

—¿En serio?—cuestionó el aludido con una sonrisa.

—Sí, el agua es tan oscura como tú cabello y a la vez es tan hermoso que es imposible dejar de mirarlo—le dijo el chico.

—Entonces se parece más a ti—dijo el vampiro aprisionando al muchacho entre sus brazos desde atrás.

— ¿Nunca más me dejarás?—inquirió el menor con las mejillas enrojecidas ligeramente.

—Siempre voy a estar contigo—le susurró.

Skandar sonrió al escuchar aquello, porque aunque el vampiro ya le hubiera asegurado antes que estarían juntos para siempre y le hubiera dicho cuanto lo amaba él seguía teniendo ese recuerdo de cuando lo había abandonado con Penélope y no quería repetir la experiencia.

Entre una sonrisa enternecedora el muchacho más joven se impulsó con las puntas de sus pies para alcanzar a besar a Jared, un beso rápido, lindo y tierno, en seguida el mayor logró ver una risilla nerviosa de Skandar y cómo ocultaba su mirada al girarse para comenzar a caminar, retomando así el camino hacia la posada. Pero fue detenido por una mano sumamente helada que conocía a la perfección.

—Antes de irnos—dijo el de ojos negros— quiero decirte algo— Skandar fijó su mirar en las perlas negras del contrario—. Desde que tengo memoria jamás había sentido esto por nadie—se acercó al de ojos azules— y no me gusta que tengas duda de esto.

—No dudo de ti—replicó el menor—, sólo quiero estar contigo por siempre.

Ante eso Jared no pudo más que sonreír, muy a su manera lograba haberle llegar a su humano lo que sentía, pues aquella mirada enternecida con un brillo especial que resaltaba el profundo amor que sentía en aquellos momentos y que quizás nunca desaparecería hacían más que evidente lo que sentía por Skandar. En aquel momento las palabras sobraban y ellos tan sólo intercambiaron miradas antes de tomarse de las manos y encaminarse de regreso a la posada ignorando todo lo demás, desde el frío de aquella noche hasta la insistente mirada que los había estado observando desde un principio.

—Es de mala educación espiar a los demás—le dijo Bernard a un vampiro rubio.

—Vete a la mierda—le contestó Markus—, esperaba que esos hicieran algo más interesante.

—No se iban a poner a coger en medio de un puente—le dijo el vampiro más grande.

—No, pero algo más oficial—le contestó y comenzó a caminar.

—No esperes que Jared le pida que sea su novio o se case con él—musitó Bernard caminando al lado del otro vampiro—. No seas cursi, nena.

—¡No soy un puta mujer, entiéndelo!—le gritó el menor.

—Ya lo sé, sólo te comportas como una—y esquivó un puñetazo—, aunque ya pegas más como un hombre—esa vez el golpe casi logró asestarse en el lugar indicado.

—Eres un bastardo idiota, hijo de puta—le gritó Markus y caminó tan rápido como su coraje se lo permitía.

—Sólo digo que para ellos es suficiente pasar el resto de sus vidas juntos—dijo el moreno posándose frente al otro vampiro.

—Skandar no tiene una eternidad como Jared—replicó el rubio.

—Y ese asunto eso suyo, no te metas en lo que no te importa—dijo Bernard entendiendo las intenciones ocultas de la ultima oración dicha por el rubio.

lunes, 26 de diciembre de 2011

HBD Jared!


Yo no soy una persona que mantenga el interes en algo o alguien por mucho tiempo, ¿cuánto duran mis autodenominadas "obsesiones"? Quizás un mes, dos meses, un año, siempre tienen tiempo limitado. Actores, guitarristas, escritores, personajes de anime, cantantes, bandas, luchadores, futbolistas, y un sin fin de cosas más, inclusive canciones. Pero todas esas cosas parecieran tener una fecha de cadu ...cidad, el momento en el que digo "ya no me gusta". Y pasa, pasa tanto como con las "amistades" que no lo son en realidad.

Algo muy curioso es que Jared Leto me gusta desde hace mucho tiempo, ¿cuánto? No lo recuerdo, pero si sé que son varios años. Él es quizás la persona que más tiempo me ha interesado, principalmente por su físico lo admito, recuerdo que ya no escucho a Paramore ni a Tokio Hotel y a muchos otros y antes no paraba de escucharlos. Pero con Jared no pasa eso...así que me permito decir "feliz cumpleaños Jared" aunque el jamás se entere de esto, soy consciente de ello y no me importa aunque yo misma critique estas actitudes. Feliz cumpleaños y...joder, ¡mi padre tiene casi tu edad y no está así de bueno!...jajajaa ok ya...No sólo por su físico, que es de infarto, es por sus ojos que me dicen que hay algo especial en ellos, es por esa aura misteriosa que me seduce de alguna forma, es por esa voz que me pone la piel chinita, es por su intensidad, por su misterio, por su pasión, tanto que parecen desgarrantes. Por eso me gusta y es agradablemente mi "obsesión"....así que vamos a la carpeta de imágenes, seleccionamos "girls and boys" de ahí nos vamos a la carpeta de "mis chicos", ignoramos a los "bebos", "Javi" y a "lindos", para seleccionar "sexys", donde Jared Leto tiene su propia carpeta xDD....y que dificil ha sido elegir sólo una u.u

jueves, 22 de diciembre de 2011

Despeinate


El siguiente texto se encuentra circulando en internet pero no tiene una referencia clara, así que con gusto lo comparto con ustedes.

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad… El mundo está loco… Definitivamente loco… Lo rico, engorda. Lo lindo sale caro. El sol que ilumina tu rostro, te arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, te despeina…


- Hacer el amor, despeina.
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.



Así que cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado…
Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por un momento muy feliz de mi vida.


Es una ley universal: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que prefiera no subirse.


Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera. El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, camina derechita, ponte seria…
Y quizá debería seguir las instrucciones pero, ¿cuándo me van a dar la orden de ser feliz?


Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que debo ser. Por eso mi recomendación a todas las mujeres:


Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Haz el amor, Enamórate, Relájate, Viaja, Salta, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta…
…y sobre todo, deja que la vida te despeine…!!!


Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


miércoles, 21 de diciembre de 2011

No me gusta...


No me gusta ponerme tacones; mi altura me agrada.
No me gusta maquillarme; me gusta tener una mascara menos.
No me gusta dejar de comer para estar flaca; esas son mamadas.
No me gusta reír falsamente por lo que un chico guapo diga; a reírse como es no como debería ser.
No me gusta soñar con casarme con un famoso; quiero enamorarme de verdad.
No me gusta peinarme demasiado; a mi cabello le gusta el natural.
No me gusta ir a fiestas; me gusta una charla íntima donde te pueda conocer mejor.
No me gusta fingir sonrisas "lindas"...porque mi talento actoral se reserva para otras cosas.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Lazos rojos—Capítulo 9


Sé un héroe
mata tu ego
no importa
paquete de mentiras
construye
es todo un

 una nueva base

roba un rostro nuevo
no importa 
todo es para salvarte
Year Zero // 30 Seconds to Mars




Capítulo 9
Verdades de fuego

Siempre le gustó el silencio, era muy agradable esa tranquilidad que trasmitía la carencia de sonidos, por ese motivo había seleccionado esa enorme casa en una de las zonas menos ruidosas de York, además de que dentro de la casa los sonidos parecían perderse. Sí, esa casa era perfecta. Sin embargo, el señor Rosenwald se vio forzado a usar esa hermosa casona como una posada luego de una mala inversión, pero a pesar de eso la tranquilidad era frecuente.

Pero como todo lo bueno termina por acabarse, esa noche vio interrumpido su sueño por unos insistentes golpes en la puerta de la entrada, quiso ignorarlos pero aquello pareció imposible cuando escuchó cómo un jovencillo gritaba desde afuera.

—¡¿Es que nadie piensa abrir?!—gritó el joven. Se escuchaba algo exasperado.

Sin esperanzas de poder dormir con el alboroto que ese molesto chico estaba causando en su propiedad, el señor Rosenwald se levantó con visible disgusto y tras tomar su bata se encaminó a la puerta, no sin antes tomar la escopeta que poseía “por si las dudas” se dijo a si mismo. Y es que a pesar de que se suponía los sonidos lograban desvanecerse apenas cruzaban el umbral de la casa, parecía que esa vez se hacia una enorme excepción.

Con los nervios crispados ante el constante golpeteo que se llevaba la puerta de madera y cuyo eco resonaba en cada rincón por el que el señor Rosenwald cruzara, se acercó a la puerta y tras sacar sus llaves para abrir la puerta y, quizás, darle un buen sermón al mocoso que se atrevía a levantarlo a altas horas de la noche.

—¿Por qué vienes a estas horas de la noche a tocar mi puerta muchacho despreocupado y escandaloso?—dijo el hombre sin detenerse a ver a los que estaban frente a él.

Un muchacho alto y de cabello castaño sostenía la mano de otro chico, mucho más joven, pero de cabellos más claros y ojos azules, puesto que los del otro eran negros. A un lado de estos un muchacho de musculatura intimidante sostenía con ambos brazos a un chico más menudo y rubio quien pataleaba por liberarse de esos dos brazos de hierro que lo sostenían.

—¡Suéltame Bernard!—le dijo el rubio forcejeando.

—¿Quiénes son?—preguntó el viejo sin dejar de lado esa ceja levantada que había aparecido tras examinar a los presentes.

—Discúlpenos—dijo Bernard lo más cordial que pudo sin soltar al rubio.

—¿Usted atiende la posada?—dijo el más pequeño.

—Así es jovencito…

—Queríamos una habitación—musitó el rubio libre de los brazos de Bernard.

—Markus es de mala educación interrumpir a la gente cuando habla…

—¿Me lo dices tú?—le dijo el otro levantando la ceja con incredulidad.

—Ya basta—expresó Jared con tranquilidad pero con algo de pesadez en sus palabras.

—Venimos de Londres y necesitamos unos cuartos—comenzó a hablar—, su posada nos pareció bastante agradable y quisimos ver si sería posible que nos atendiera a estas horas.

—Son las doce de la noche—dijo el hombre.

—Y lamentamos despertarlo tan tarde—comenzó  a hablar Skandar—, lo que pasa es que mi hermano—señaló a Jared—, mis primos y yo tenemos una enfermedad de la piel que no nos permite la exposición al sol, nos salen unas erupciones muy dolorosas y nos da fiebre—comentó el chico recordando su propia enfermedad—. Es algo muy peligroso porque podemos morir si nos exponemos mucho, así que siempre viajamos de noche.

—¿Y llegaron en el tren de las 11?—preguntó el dueño de la posada.

—A las 11:18 porque el tren salió retrasado—corrigió Jared.

—Parece que tengo dos cuartos disponibles, pero les advierto algo—dijo mirando a Markus—, la regla principal es el silencio ¿entendido?

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿Navidad?

Ya viene navidad, esas fechas en donde es todo frío, regalos, comida y convivencia. Esas fechas que yo nunca he disfrutado, y lo digo sin un afán de sonar a una amargada. Justamente en navidad me marcho con mi familia a un pueblo alejado a trabajar, porque mis padres son comerciantes, dejamos nuestra casa y nos pasamos algo así como un mes por aquellas tierras, así que es justo decir que yo nunca he tenido una verdadera navidad  con todas las implicaciones que conlleva.

Yo no espero ansiosa a que lleguen las vacaciones de invierno. No, yo en cambio ruego porque se alarguen pero ¡oh sorpresa! En mi preparatoria se terminó el semestre desde el 28 de Noviembre, así que como se dice vulgarmente "me la pelo". Y quizás no es tan malo, es decir, allá veo a mis padrinos de bautizo, veo a Kundo y a su hermano *¬*, etc, etc...pero...no es lo mismo.

Por una vez quisiera estar en mi casa con mi familia, hacer tamales y pozole, organizar unos intercambios y sobre todo estar en nuestra casa.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Hold On 'Til The Night—Greyson Chance

Bien, tengo poco tiempo para escribir esta entrada porque hoy me iré con mis padres durante unos 4 o 5 días a un pueblo. No quiero ir. Pero dejando eso de lado, hoy me di cuenta de que Greyson Chance tenía un nuevo video y yo así de "No mames wey!!"...si, se me salió mi mexicandad ¿?

Vale, mi padre ha llegado y el cabrón no se pudo esperar más?? sólo me da tiempo de poner el vídeo y listo...CRY


jueves, 8 de diciembre de 2011

Carta a la hija de Peña Nieto

A continuación comparto parte de una carta escrita por Héctor Zagal a Paulina Peña, publicada en Noticias MVS, con la cual concuerdo totalmente:

"No tengo el gusto de conocerte personalmente. No sé cómo eres, desconozco tus cualidades, tus aficiones, tus intereses. Entiendo tu molestia al escuchar las críticas a tu padre, Enrique Peña Nieto. Son gajes del oficio. Deberás irte acostumbrando a los ataques contra él. En una democracia, la crítica es un ejercicio fundamental. Tu padre es una figura pública y, por ende, sus actos serán juzgados con rigor. “¿Por qué son tan duros con él?”, te preguntarás. Bueno, los funcionarios públicos ganan mucho dinero. Hay miles de personas dispuestas a sufrir críticas y cuestionamientos con tal de figurar en la nómina oficial. El sueldo bien vale esos golpes. ¿No?

Pero no es de tu padre de quien quiero hablar, sino de ti. ¿Te confieso algo? Me aterra que hayas utilizado la expresión “hijos de la prole” como un insulto. Insisto, es disculpable que te enfades por la burla hacia tu padre. No me asustaría que los llamaras “babosos”, “tontos”. Es más, no le preocupa el que nos hayas llamado “pendejos”. En cambio, no se puede excusar tu menosprecio a los hijos de los trabajadores, de los obreros.

¿Oíste del escándalo de las Ladies de Polanco? Descalificaron a un policía llamándolo “asalariado”. Algo similar hiciste tú: descalificas a la mitad del país por su condición social. ¿Qué tiene de malo ser hijo de un obrero? Sabes, yo soy nieto de un minero, un proletario. No me da vergüenza decirlo. ¿Te avergonzarías de tu padre si fuese un vendedor de tamales o un plomero?

Tu padre, que ha leído la Biblia, te puede recordar una frase de Jesús en el Evangelio: “De la abundancia del corazón, hablará la boca”. Sin pretenderlo, con tus palabras has revelado tu clasismo. Desprecias el trabajo manual. Minusvaloras a quienes se mantienen con su esfuerzo. ¡Qué tristeza que así piense la hija de un candidato presidencial!

“Hijos de la prole” son, en efecto, quienes estudiaron en escuelas públicas, quienes utilizan el metro, quienes no comen cortes argentinos y quesos españoles, quienes no utilizan zapatos de miles de pesos, quienes no se atienden en el hospital ABC, quienes no viajan en helicóptero. Los hijos de la prole, por el contrario, deben hacer largas horas de filas en las clínicas del seguro social, deben comer carbohidratos (tortillas), deben estudiar en salones sin computadoras, deben apretujarse en los transportes públicos. Los hijos de la prole, querida Paulina, ganan en un año lo que tu padre gana en una semana.

Cuando leas estas líneas has el siguiente ejercicio. Revisa lo que llevas puesto encima: perfume, cremas, desodorante, ropa, zapatos, celulares, aretes. Suma el total. ¿Sabes que traes encima más de lo que una indígena gana durante un año de trabajo duro?
Paulina, me da terror que pienses así. Tu lapsus reveló tu “realidad”: vives en una burbuja color de rosa. “Hijos de la prole” no es un insulto, sino un título honorable. Este país, que tu padre aspira a gobernar, depende de los obreros, de los campesinos, de los empleados, depende de esas personas a quienes menosprecias.

Ojalá este gravísimo desliz, no sea fruto de la educación que recibiste en casa. Ojalá y sea culpa tuya, fruto de tu arrogancia (tan propia, eso sí, de la clase alta mexicana). ¿Qué será de México si lo llega a gobernar una persona que desprecia al proletariado?

Mira Paulina, me parece que por tu bien, debes inscribirte en una escuela pública, reducir tu escolta al mínimo, tomar el metro en horas pico, y ponerte a trabajar. Por si no lo sabes, muchos de los “hijos de la prole” se pagan sus estudios con su trabajo: los hay campesinos, vendedores, obreros. Algunos trabajan desde niños.

Paulina, haz puesto en riesgo el futuro político de tu padre. Pero lo que es más grave: pones en peligro en riesgo el futuro de México."

viernes, 2 de diciembre de 2011

Un sueño loco que no debió suceder

Hoy soñé algo que me dejó mal, en el sentido en que estoy molesta conmigo misma. Estaba en un bosque a un lado del mar, había algunas personas que conozco y que no recuerdo quienes eran, creo que era mi familia y mis compañeros de la preparatoria, estaban sentados en unos troncos en torno a una fogata, entonces llegué a ellos y tomé una piel que estaba segura que era de tigre pero no era así, era más bien una cobija.

Entonces llegaron varios de mi ex compañeros de la secundaria a quitarme la cobija, estaban todos...absolutamente todos. Así que obviamente estaba el chico de quien estuve enamorada, ese que se supone que ya no quiero. Peleamos, lo hicimos como lo hicimos durante 3 años en la secundaria y entre agarrarnos las manos para doblárselas al contrario en una especie de "manita de puerco" hasta quedarnos contra la pared él me ¿abrazó? Por la espalda y yo sentí algo...pareciera como si todavía me gustara....

Quería alejarlo de mí aunque en lo profundo de mi ser sabía que aquello no era del todo cierto, así que me aventé al agua y cuando salí el ya no estaba aferrado a mí.

Lo demás...lo demás no importa mucho y tampoco es como si lo recordara...pero soñar eso con él no me gustó nada, ni siquiera un poco...