domingo, 11 de septiembre de 2011

Prohibido enamorarse-Capítulo 20

Lamento la tardanza con este capitulo pero la escuela me absorbe mucho y pues tengo poco tiempo para escribir y mucha menos inspiración. Igual le agradezco enteramente a Tere que siempre me lee y me comenta, un beso nena y gracias por tu amistad.

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Esas cosas que lastiman
Esos versos que no riman
Esos amores que sufrimos
Los poemas que escribimos
Ese perdón tan anhelado
De ese tonto enamorado



Capitulo 20
Amar es perdonar

Tenía una nota sobre mis manos, estaba escrita en una hoja plateada que había sido enrollada y amarrada con un listón azul marino y sobre el moño había una pequeña guitarra  eléctrica negra. Había pasado media hora desde que la descubrí sobre mi cama, cuando la miré por primera vez le pregunté a mi hermana si era de ella pero me dijo que no, de igual forma pasó con mi madre. Derrotado subí a mi habitación y me senté sobre la cama con esa hoja enrollada y sujetada por el listón. Era de Bill. Lo había sabido desde el momento en que la vi.

Esa mañana de sábado mi madre volvió a hablar conmigo acerca de Bill, parecía que en esa ocasión no dejaría las cosas así. Mientras había ido a preguntar si aquella nota enrollada era suya ella me miró de tal forma que me hacía pensar que en cualquier momento diría algo que no me gustaría.

—Nunca antes la había visto—me dijo con suma tranquilidad—, pero ¿has pensado lo que te dije antes?

—¿De qué?—dije haciéndome el desentendido.

—De Bill, creo que debes darle una oportunidad—me dijo mi madre mientras acomodaba un mechón de cabello detrás de su oreja—. Es difícil no darse cuenta que ustedes dos son más que amigos si él te ve siempre con tanto amor cada vez que puede y la forma en que tu lo miras también es muy reveladora.

—La estaba besando—dije apretando el puño y con cierta vergüenza de sus palabras.

—Ella pudo darle el beso—dijo mi madre—, no todo lo de las películas y telenovelas es tan poco probable—dijo adivinando la replica que le lanzaría—. Sólo digo que ese chico te quiere mucho.

—Yo esperaba que me hicieras terminar con él—le dije en un susurró.

—¿Eso quieres?—inquirió tomándome la mano, yo estaba recargado en el marco de la puerta.

—No…pero eso pensaba.

—Eres mi hijo Tom—me miró con una fuerza que reforzaba sus palabras—, y yo te voy a aceptar como seas, incluso si va en contra de todo lo que me enseñaron desde niña.

Mis ojos se llenaron de lagrimas en un instante, inclusive Andreas había rechazado por un breve lapso de tiempo mi relación con Bill y mi madre la aceptaba, sabía que lo hacía porque ella debía saberlo desde la primera vez que me vio verlo con cariño, anhelando que algún día pudiéramos estar juntos y mi madre lo había aceptado. Sentí como si me quitaran una gran losa de encima, en ese momento tenía el soporte que tanto había buscado, mi hermana y mi madre lo aceptaban y yo también debería hacerlo en algun momento.

—Dale una oportunidad—me dijo luego de rodearme con sus brazos, de esa forma tierna y dulce como acostumbraba hacerlo—. No eches a perder tu felicidad.

Luego de unos minutos abrazándome mi madre me avisó que tenía que ir a la tienda a comprar unas cosas para la comida y yo me fui a mi habitación.

Solté pesadamente el aire antes de tomar la punta del listón y estirarlo. En cuanto deshice el moño la hoja se expandió dejando a la vista unas letras negras que eran vagamente conocidas para mí, la letra era de Bill. La miré un par de segundos y finalmente me decidí a leerlo.

Sé muy bien que te lastimé, pero también sé que me amas y que entre nosotros existe la confianza, tan sólo te pido el beneficio de la duda. Tom si puedes darme una oportunidad yo haré que jamás te arrepientas, pero si no lo haces recuerda lo mucho que te quiero y por ese amor no dejaré de luchar por ti.

Este sábado a las 5 pm en el parque, sigue las pistas.

Leí cinco veces la carta o nota, ni siquiera sabía bien que era eso. Le daría una oportunidad a Bill, en el fondo de mi ser quería que mi novio me demostrara que era inocente de lo que lo había culpado, quería creer que ese beso entre la amiga de Holy y él no había sido cierto, pero más que nada quería estar de nuevo con Bill y que todo fuera como antes.

Sin saber muy bien que era lo que sentía o hacía me metí a la ducha y lavé con mucho cuidado mis rastas, debían verse bien. También seleccioné ropa que me hiciera ver más guapo y tomé una gorra gris antes de tomar la que Bill me había regalado, aunque me muriera por usarla. Me sentía un poco extraño de esmerarme tanto en mi aspecto, pensaba que quizás mi postura debiera ser la de no perdonar a Bill porque me había dolido muchísimo lo que me había hecho pero también quería arreglarlo todo, no me gustaba nada estar peleado con él. Además confiaba en que Bill tendría la razón y las cosas no fueran como yo pensé en primera instancia.

Bajé las escaleras con sumo cuidado y sin prestar atención a otra cosa que no fueran mis pies y los escalones, escuché una melodía que salía de la radio y la voz de mi madre siguiendo la canción, no cantaba tan bien pero aún así ponía mucho empeño. Ella estaba en la cocina preparando la comida cuando entré.

—Ayuda a tu hermana a poner la mesa Tom—me dijo mientras probaba uno de sus platillos.

—Si—le dije y ella por fin me miró, pero se limitó a sonreír.

Al parecer mi madre sabía que me había arreglado para ir a hablar con Bill, su sonrisa me daba a entender eso. En el comedor Holy apenas había puesto los platos en cada lugar, aún le faltaba todo lo demás. Me estuve parado un tiempo viendo como acomodaba un vaso y luego tecleaba en su celular, así hasta que puso los tres vasos de vidrio y me miró, en seguida una sonrisa se formo en su rostro, era de alguna manera aterrador ver que ella me viera de esa forma conteniendo malicia, seguridad, alegría y esa mirada cargada de “sabía que cederías”. Chasqueé la lengua cuando me sentí muy incomodo ante su mirada y comencé a poner uno por uno los cubiertos, no tenía intención de hablar porque de hacerlo sabía que Holy sacaría muchas cosas que no estaba seguro de querer que supiera o mejor dicho, si ella lograba que lo dijera sería como si yo lo hubiera aceptado y no estaba listo para ello.

— ¿Vas a salir?—me preguntó mi hermana.

—N-no ¿por qué lo preguntas?—cuestioné sosteniendo un tenedor.


—Porque llevas dos días sin bañarte y de pronto te arreglas demasiado—me dijo tranquilamente usando un tono por demás perspicaz pero que no me dejaba ver si ella sabía a donde iría o no.

—Bueno, quiero pensar bien que quiero hacer así que saldré a caminar—le dije colocando el último cubierto en su lugar—, además mis rastas se pondrían feas si no las labo—dije como excusa.

—Entonces si vas a salir—me preguntó sabiendo que ella tenía razón.

—Si.

— ¿Y por qué lo negaste la primera vez?—inquirió mi hermana apoyando sus brazos en el respaldo de la silla que tenía enfrente.

—Porque pensé que ibas a molestarme—le dije antes de salir del comedor.

Mi madre había terminado con la comida, así que cuando entré a la cocina me dijo que le ayudara a llevarla al comedor. Extrañamente ese día tenía suficiente apetito para terminar todo lo que había en mi plato, mi madre se sintió contenta, pude verlo en sus ojos, pero no dijo nada, ella era del tipo de persona que no dice las cosas que pueden provocar incomodidad en otras a menos que sea necesario y satisfactoriamente, a pesar de los cambios que Holy y yo sufríamos al estar creciendo, ella lograba conocernos lo suficiente para seguir haciéndolo.

—No regreses muy tarde Tom—me dijo mi madre cuando recogíamos la mesa—, tú padre llega hoy.

— ¿Ah?...claro.

Eran poco más de las cuatro y media. Salí del comedor y mi hermana salió detrás de mí, pasé de largo hasta tomar una sudadera mientras ella se sentaba en un sillón para ver la televisión, después de todo era sábado. Justo cuando abría la puerta principal mi hermana me gritó.

— ¡Suerte Tom!

No dije nada, sólo salí de mi casa mientras me ponía unos guantes. El cielo era muy blanco cuando mis ojos se posaron en él, al igual que toda la calle. Mientras caminaba rumbo al parque me preguntaba si hacía lo correcto, es decir, mi novio había besado a una chica, a la cual por cierto yo casi odiaba porque siempre andaba detrás de él, y yo lo perdonaría como si nada ¿así debía ser? Quizás sí o no, pero así quería que fuera, quería perdonarlo y olvidar eso. Al principio estaba muy enojado y dolido por haber visto ese maldito beso, pero después comencé a extrañar a Bill, además soñé varias veces que él estaba lejos de mi y fue tan doloroso que no quería que pasara de verdad, amaba a Bill después de todo y ese amor debería ser suficiente para olvidar. Aunque aún existiera ese resentimiento por lo que quizás podría ser un engaño, pero no lo sería, no si yo confiaba en Bill.

El pueblo estaba como siempre despejado, no había demasiadas personas en la calle, inclusive vi más perros que personas. Después de todo el lugar era sumamente tranquilo.

Sin darme cuenta había llegado al mismo lugar en que casi un mes atrás Bill y yo habíamos estado sentados y luego jugando con la nieve. Recordar eso hizo que me comenzara a sentir mal, como si algo me faltara, y las lágrimas comenzaron a querer salir. Sus cálidos labios habían acariciado los míos en más de una ocasión, esa sensación tan linda que había sentido de pronto se sintió lejana, como si sintiera que no volvería a suceder, pero para eso había ido a esa nueva cita, para arreglar las cosas y que momentos como esos que recordaba se volvieran a repetir.

Sobre la banca había un papel doblado de color azul turquesa, dentro había una gomita de cereza y un par de letras escritas. Tomé la gomita y la introduje en mi boca, el sabor dulce comenzó a colmar mis papilas gustativas.

Sigue las pistas y encontrarás la dirección.

Era lo único que aquel papel me ofrecía, pero ¿Cuáles pistas? Giré mi rostro buscando algo primero a la derecha y luego a la izquierda, pero al fijarla hacía el frente me encontré con un papel rojo doblado y clavado a un árbol. Entonces me acerqué y quité la chincheta para poder ver que escondía esa hoja de papel.

Son tus labios
Tan cálidos
Y suaves
Como los pétalos
De aquellas flores.
Esas que como torrente
Te indican levemente
El camino hacia el frente.

Leí nuevamente el poema sin poder comprender lo que decía; flores, labios, torrente, camino, ¿qué quería decirme con ello? Miré a todos lados y entonces comprendí a lo que se refería, sobre la nieve que cubría el parque había un camino de pétalos de rosa, seguramente debía seguir ese camino.

Inicié mi caminata sobre pétalos rojizos, no podía evitar sentirme emocionado por todo lo que Bill estaba haciendo, todo eso era extremadamente dulce sin caer en la cursilería. Bill era muy romántico, me gustaba eso.

El camino que seguía no era como el de cualquier sendero, había muchos árboles enormes con raíces de tamaños proporcionales, eran grandes y cubiertas de nieve, pero el camino que había decidido Bill era el menos accidentado o eso pensaba yo. La nieve se extendía como una gran alfombra blanca intacta hasta que mis pies se hundían en ella y terminaban dañando su perfección. Cada vez era más alta la capa y más frio el que sentía en mis piernas. Los troncos resaltaban por su color obscuro que contrastaba perfectamente con la blancura de la nieve, parecía ser un hermoso paisaje que antes no me había precipitado a apreciar.

Luego de un rato de caminar alcancé a ver una especie de cabaña, aunque era más pequeña que cualquier otra que hubiera visto antes, al parecer sólo era un pequeño cuarto que ni siquiera contaba con chimenea. El camino de pétalos terminaba ahí. Me acerqué presuroso, y vi sobre la puerta un papel doblado de la misma forma en que había encontrado el poema, clavado a la madera. Lo desdoblé y me dispuse a leerlo.

Cuando te conocí
No me permití
Llegar a imaginar
Que podría llegarte a amar

Eres lo más sagrado
Que nunca antes había amado
Eres mi sol
Y te amo sin control

En medio de la oscuridad
Te presentas como mi luz
Que te convierte en claridad
Ahora enciéndelo tú

PD: Entra sólo si crees poder darme una oportunidad.

Leí esas líneas una vez más, parecían sacadas de algún sueño poetico. ¿Podría ser más romántico? No importaba si se podía o no. Abrí la puerta con el corazón latiéndome a una gran velocidad, con una parte de mi ser purgando por un poco de orgullo que me permitiera salir de ahí, pero ciertamente Bill me tenía a sus pies, no podía huir.

Entré y me di cuenta que todo estaba completamente oscuro, no había luz por ninguna parte pues hasta la ventana estaba obstruida por alguna cortina o algo que impidiera el paso libre de la luz. Caminé muy lentamente hasta que mi cuerpo chocó contra lo que pensaba era una mesa, mi mano recorrió un poco aquella superficie de madera y di con una caja, entonces vino a mi memoria un verso del ultimo poema “ahora enciéndelo tú”. Tomé la caja de fosforos acostumbrado ya a la oscuridad y entonces tres velas quedaron al descubierto, encendí el candelabro y noté un trozo de papel a los pies de éste.


Te amo

—Te amo Tom—escuché como Bill susurraba a mi oído.

Mi piel se erisó cuando su aliento acarició levemente mi piel, cuando comprendí sus palabras y más cuando caí en cuenta de que él estaba en ese lugar conmigo. No hizo nada más que tomar una de mis manos entre las suyas y me encaminó a que me sentara en un viejo sofá que tenía ahí.

—No sabía muy bien que te iba a decir Tom—mi corazón se saldría de mi pecho, estaba muy ansioso—, entonces escribí una canción—mis mejillas se tiñeron de rojo, Bill había escrito una canción para mí—. No estoy acostumbrado a cantar frente a las personas…además no sé tocar la guitarra, pero espero que te guste sólo escuchar mi voz.

Me encantaría me dije a mi mismo, la voz de Bill era sumamente linda y cantando me imaginaba que sería doblemente maravilloso. De pronto me encontraba viendo a mi novio con suma atención y olvidando lo que me había llevado ahí.

I´m not a perfect person
there´s many things I wish I didn´t do
but I continue learning
I never meant to do those things to you
and so I have to say before I go
that I just want you to know

(No soy una persona perfecta
así como muchas cosas que desearía no haber hecho
pero sigo aprendiendo
yo nunca tuve la intención de hacerte esas cosas
por eso debo decir esto antes de irme
solo quiero que sepas que)

La canción estaba en inglés, pero aún así la entendía o por lo menos al ir descifrándola lograba captar el mensaje que Bill quería darme. Él había cometido un error, sus ojos me gritaban que él no la había besado, todos cometemos errores y no siempre son por nuestra propia cuenta, quise creerle, en verdad lo hacía.


I´ve found a reason for me
to change who i used to be
a reason to start over new
and the reason is you

(He encontrado una razón para mí
para cambiar quien solía ser
una razón para comenzar de nuevo
y esa razón eres tú)

I´m sorry that i hurt you
it´s something i must live with everyday
and all the pain i put you through
i wish that i could take it all away
and be the one who catches all your tears
that´s why i need you to hear

(Siento haberte lastimado
es algo con lo que tengo que vivir todos los días
y todo el dolor por el que te hice pasar
quisiera poder quitarlo
y ser aquel que atrape todas tus lagrimas
por eso necesito que escuches)

Mi respiración de pronto desaparecía dejando entrever cuan emocionado estaba, mi boca se había abierto y mis ojos no dejaban de admirar a Bill. Él cantaba hermoso, mejor que un ángel, su voz era sencillamente hermosa y la forma en que interpretaba me hacía temblar de la emoción.

Mi novio me cantaba una cación que buscaba obtener mi perdón y que yo supiera que a Bill no le había agradado nada haberme lastimado aunque no hubiera sido quien inició el beso. Recordé en breves segundos la imagen de Emily besando a Bill, pero desapareció cuando los ojos de Bill aumentaron la profundidad con la que me veían.

I´ve found a reason for me
to change who i used to be
a reason to start over new
and the reason is you

and the reason is you
and the reason is you
and the reason is you

(He encontrado una razón para mí
para cambiar quien solía ser
una razón para comenzar de nuevo
y esa razón eres tú

Y esa razón eres tú
Y esa razón eres tú
Y esa razón eres tú)

Me amaba tanto como yo lo amaba a él, aunque tan sólo fueramos unos chicos nos amábamos, a pesar de todo. Por ningún motivo quería estár lejos de Bill, lejos de la persona que amaba y yo había dejando de lado cualquier cosa que me impidiera perdonarle.

I´m not a perfect person
i never meant to do those things to you
and so i have to say before i go
that i just want you to know

i´ve found a reason for me
to change who i used to be
a reason to start over new
and the reason is you

i´ve found a reason to show
a side of me you didn´t know
a reason for all that i do
and the reason is you

(No soy una persona perfecta
yo nunca tuve la intención de hacerte esas cosas
y por eso debo decirte antes de irme
que solo quiero que sepas

he encontrado una razón para mí
para cambiar quien solía ser
una razón para comenzar de nuevo
y esa razón eres tú

he encontrado una razón para mostrar
la parte de mi que no conocías
una razón para todo lo que hago
y esa razón eres tú)

La voz de Bill se había perdido entre toda esa oscuridad, la canción había terminado y yo me encontraba con los sentimientos a flor de piel. Él era la razón de mis sonrisas, él era la razón por la que había aceptado que era homosexual, él era mi motivo para estar en ese lugar. Yo era su razón y él era la mia.

—Yo no besé a Emily—lo miré a los ojos, su semblante era serio y no había rastros de mentira en su mirada—, ella me besó a mi—era verdad, la muchachita se moría por mi novio—. Sé que debí quitarla de inmediato pero me tomó de sorpresa y no supe reaccionar a tiempo—él también sufría.

—Bill, yo…

—Te amo—dijo interrumpiendo cualquier cosa que pudiera decirle.

Fue como si el tiempo se hubiera detenido, como si fuera capaz de sentir a travez de cada poro, me sentía extasiado y sumamente feliz. Todo el sufrimiento que había tenido en doas pasados se desvanecía, de igual forma no importaba ya porque eso  ya había pasado, tan sólo me importaba ese momento.

—Yo también—dije con la voz quebrada.

La emoción nacía en mi pecho y no permitió que las palabras fueran articuladas como deberían, yo estaba parado frente a Bill con los ojos llorosos y una mueca que mezclaba una sonrisa con un llanto que se avecinaba. Entonces mi novio se acercó y me besó, abrí mucho los ojos al sentir como sus labios jugueteaban con los míos pero luego cerré los ojos para dejarme llevar y disfrutar el momento. Sus labios quemaban de una manera muy dulce, me sentía extasiado. El beso llegó a su fin en algún instante perdido y entonces me aferré a Bill por el cuello atrayéndolo en un abrazo mientras mis lagrimas corrian libremente.

—Felicidades Tomi—susurró contra mi oído.

—¿Por qué?—pregunté despegando mi cabeza de su cuello.

—Porque hace un mes eres mi novio.

Y volvió a besarme. En ese momento me di cuenta de una cosa que ya sabía desde tiempo antes: amaba a Bill. Él era la primera y única persona que había logrado hacerme volar con un beso, me había hecho sonrojar de mil formas y había logrado que mi corazón latiera a su ritmo, por él y para él, por ambos.

—Tú eres mi razón—le dije contra su rostro cuando el beso llegó a su fin.

—Tú eres la mía—me contestó y caímos abrazados sobre el sofá.

La vida no siempre era fácil, pero cosas como la de esa tarde la hacían simplemente maravillosa. Entre algunos besos fugaces y caricias a las mejillas y el cabello quedamos recostados de costado sobre el viejo sofá, nos veíamos a la cara y no era necesario decir nada porque ambos sabíamos lo que queríamos decir. Eso era un borrón y cuenta nueva en nuestra relación, un obstáculo más que supimos superar.




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